Las carreteras podrían volverse más seguras durante la noche gracias a una innovación australiana: las líneas fluorescentes. Este sistema utiliza pintura luminiscente para marcar el pavimento, facilitando la visibilidad en condiciones de poca luz.
La clave está en la luz solar. Durante el día, la pintura absorbe energía solar y, al caer la noche, emite un brillo que puede durar hasta diez horas. Esta tecnología ha comenzado a implementarse en varios países. Malasia es uno de los últimos en unirse a esta tendencia, con un tramo piloto de tres kilómetros de longitud. Aunque es corto, se espera que su éxito impulse su adopción en más regiones.
Otros países como Australia y Holanda también han apostado por esta solución. A diferencia de otros métodos de iluminación, las líneas fluorescentes funcionan independientemente del clima, lo que las hace útiles en situaciones de lluvia o niebla.
Sin embargo, la pintura fluorescente tiene un alto costo. Mientras que un kilo de pintura blanca para carretera cuesta alrededor de 30 euros, el precio de la pintura fluorescente asciende a 120 euros. Este costo elevado ha limitado su adopción en muchos lugares, a pesar de sus beneficios.
La empresa australiana Tarmac Linemarking, creadora de esta pintura, asegura que las líneas mantienen su brillo durante la mayor parte de la noche aunque su intensidad puede variar. No obstante, la tecnología ofrece una prometedora solución para reducir accidentes nocturnos, especialmente en tramos de carretera con poca o ninguna iluminación.