La temporada de huracanes comenzó con fuerza en Estados Unidos. El reciente huracán Debby y la amenaza de Ernesto pusieron nuevamente sobre el tapete la necesidad de preparar a las flotas de transporte para enfrentar estos y otros eventos climáticos adversos.
Para los camioneros, la clave está en la preparación anticipada. Así afirman expertos en seguridad como Mike Stanton, vicepresidente de operaciones en Lily Transportation. En su opinión, el primer paso es mantenerse al tanto de las actualizaciones meteorológicas, tanto a nivel nacional como local. Esto permite reaccionar a tiempo, coordinarse con los clientes y asegurar que todos los empleados estén listos para actuar según los protocolos.
La formación continua es otro aspecto crucial. Desde su primer día en la empresa, los conductores deben estar capacitados para manejar situaciones de mal tiempo. Sobre todo, los que suelen conducir en regiones propensas a huracanes. Las flotas deben garantizar que cada conductor sepa qué hacer, desde llenar el tanque de combustible antes de una tormenta hasta revisar los suministros y herramientas disponibles en su camión.
Durante la tormenta, la seguridad se convierte en la prioridad número uno. Es fundamental que los conductores evalúen las condiciones y no tomen riesgos innecesarios. «Cada conductor es el capitán de su nave», comenta Stanton, subrayando que la decisión de detenerse debe ser respetada si la situación lo requiere.
Tras el paso de un huracán, el trabajo no termina. Las flotas deben realizar un seguimiento detallado de las condiciones de las carreteras y estar preparadas para adaptarse a cualquier cambio. La rapidez con la que actúen puede marcar la diferencia en la recuperación de las operaciones.