Aunque el gobierno ha invertido miles de millones en infraestructura, muchas de las carreteras por donde se mueve la carga están en mal estado. De hecho, el 39% de las rutas principales en Estados Unidos todavía están en condiciones pobres o regulares, según la Sociedad Estadounidense de Ingenieros Civiles (ASCE).
Esto no es solo una molestia para quien conduce. Malas carreteras significan más desgaste en el camión, más consumo de combustible y más probabilidades de accidentes. También afectan los tiempos de entrega y, por lo tanto, el bolsillo de quienes viven del transporte.
Según la ASCE, el mal estado de las vías cuesta a la industria unos $3,100 millones al año solo en reparaciones relacionadas con daños provocados por las carreteras.
Los puertos mejoran, pero los caminos no
En los últimos años, los puertos del país han recibido fuertes inversiones y han mejorado su desempeño. Pero una vez que la carga sale del puerto, el problema empieza en las rutas interiores. Un contenedor puede salir rápido de Los Ángeles, por ejemplo, pero después quedarse horas atascado en el Valle Central por cierres, desvíos o baches.
Y la situación no pinta mejor a futuro. Se estima que el valor del transporte de carga por carretera aumentará un 91% de aquí al 2050. Si no se mejora la infraestructura vial, será difícil mantener ese ritmo.
Más inversión en trenes, pero con trabas
El sistema ferroviario también ha recibido mejoras y mueve el 40% de la carga a larga distancia. Pero los cuellos de botella siguen presentes en las terminales intermodales, donde muchas veces se pierde tiempo esperando la conexión con el camión.
El plan del nuevo secretario de Transporte
Sean Duffy, actual secretario del Departamento de Transporte, ha dicho que su prioridad es acelerar la construcción de carreteras, puentes y autopistas. Entre sus planes están:
- Recortar burocracia para aprobar proyectos más rápido.
- Liberar fondos atascados en el sistema.
- Dar más libertad a los estados para manejar sus obras.
Y mientras tanto, ¿qué pasa con los camioneros?
Para los que manejan todos los días, el mal estado de las rutas no es una estadística, sino el pan de su mesa. Hay que frenar, desviarse o, en el peor de los casos, terminar con una suspensión rota.
La infraestructura es clave para que el transporte funcione. No importa qué tan moderno sea tu camión o cuántas apps tenga el broker. Si la carretera está rota, el viaje se complica.
*Con información de Freight Caviar