En una reciente sentencia en un tribunal federal de Nebraska, el ex camionero de Roadrunner, Johnny Bradford II, fue condenado por su participación en un plan de fraude que desbancó a la compañía $112 000. La corte dictaminó seis meses de arresto domiciliario para Bradford y tres años de libertad supervisada.
El caso involucra también a Amy Shepherd, otra empleada de Roadrunner. Junto a Bradford, Amy conspiró para llevar a cabo el fraude electrónico. Su táctica consistía en emitir y cobrar cheques EFS fraudulentos durante un periodo de 16 meses.
Según trascendió, la condena de Shepherd serían 18 meses de prisión por su papel más significativo en el crimen. No obstante, se emitió para ambos una orden de restitución que los obliga a devolver la suma total desbancada.
El fraude electrónico es un delito serio que afecta directamente a las empresas y a la integridad del sistema financiero. La sentencia del tribunal busca no solo castigar a los responsables, sino también enviar un mensaje claro sobre las consecuencias de participar en actividades fraudulentas.