Este año, la temporada de huracanes en Estados Unidos promete ser más intensa que la del 2023. Así lo anticipó el huracán Beryl, que con vientos de 209 km/h se convirtió hace unos días en el huracán de categoría 4 que más temprano tocó el Atlántico en la historia.
De acuerdo con los pronósticos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), habrá entre 17 y 25 tormentas con nombre durante esta temporada.
¿Qué implicaciones tiene el aumento en la actividad huracanada para los transportistas?
El comienzo temprano de la temporada de huracanes, normalmente más activa en agosto, podría tomar desprevenidas a muchas empresas, ocasionando interrupciones imprevistas y una mayor demanda de envíos de emergencia.
Uno de los puntos críticos es el posible impacto en el comercio transfronterizo con México. Si Beryl afecta zonas clave de producción en México, como Nuevo Laredo, el transporte de carga podría sufrir retrasos significativos durante meses. Esto afectaría la cadena de suministro y complicaría la logística para muchas empresas.
A pesar de estos desafíos, también existen oportunidades para el sector. La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias suele contratar transportistas para llevar suministros de emergencia a las áreas afectadas, lo que puede ser una fuente importante de ingresos. Además, la demanda de productos básicos como agua, alimentos no perecederos y materiales de construcción aumentará, generando más trabajo para los camioneros.