En la encrucijada del siglo XIX, cuando la Revolución Industrial estaba en pleno apogeo, un ingeniero visionario cambió para siempre la forma en que se transportaban las mercancías. Su nombre era Gottlieb Daimler, y fue él quien diseñó y construyó el que se considera el primer camión del mundo.
Daimler ya era conocido por su trabajo revolucionario en el desarrollo de motores de combustión interna. Sin embargo, quería llevar su visión un paso más allá. Fue así que junto a su colega Wilhelm Maybach creó lo que se conocería como el «camión motorizado».
El vehículo, que bautizaron como el «camión Daimler», contaba con un motor de combustión interna de cuatro caballos de fuerza y podía transportar hasta 3 300 libras de carga. En una época donde los caballos y carruajes dominaban las carreteras, este invento representó una impresionante ruptura, similar al descubrimiento de la bombilla.
El 1 de octubre de 1896, el «camión Daimler» realizó su primer viaje público. Cubriendo una distancia de aproximadamente cinco kilómetros entre las ciudades alemanas de Cannstatt y Untertürkheim, llevó una carga de herramientas y equipos para la fábrica de la empresa.
Aunque el «camión Daimler» era relativamente simple en comparación con los modernos, su impacto fue monumental. Este hito en la historia del transporte no solo transformó la logística, sino que también abrió las puertas a una nueva era de movilidad que ha dado forma a la sociedad moderna que conocemos hoy en día.